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El Loira es el valle encantado de Francia.

  • Foto del escritor: Sissi Arencibia
    Sissi Arencibia
  • 18 jul 2024
  • 4 Min. de lectura

El valle del Loira es la tierra más querida de Francia. Es una región quieta y en calma, de alto valor paisajístico, enclavada entre Orleans y Tours, donde una imponente fortaleza llamada Chambord recuerda al rey Francisco.


Impresionante y espectacular, con una reserva forestal de poco más de cinco mil hectáreas, ella se integra a una planicie surcada de castillos de los siglos de la nobleza, cuyas vistas cerraron la última etapa del recorrido por la tierra gala.


Chambord es el más visitado de todos los palacios y el mayor de la región. Construido inicialmente como un pabellón de caza para el rey, tiene más de 400 habitaciones, 360 chimeneas, terrazas panorámicas y ocho torres que se alzan a los pies de sus inmensos jardines.


Es considerado una maravilla arquitectónica, con la particularidad de poseer una escalera helicoidal de doble espiral situada en su centro, que permite que las personas puedan ascender y descender sin cruzarse.


Es, por así decirlo el emblema del sitio, pero también destacan muchos otros como el Chenonceau, donde vivió Catalina de Médicis y símbolo del refinamiento más distinguido; y el Clos Lucé en Amboise, donde el gran Leonardo da Vinci pasó los tres últimos años de su vida.


El de Chaumont es otro de estilo renacentista con museo y jardines que está situado en el interior del perímetro del valle, inscrito en el patrimonio de la UNESCO.


Todos ilustran parte de la historia del país y te conquistan por sus impresionantes perspectivas. En su conjunto forman la llamada ruta del Loira, una joya del patrimonio cultural francés, en cuya concepción se implicó a los mejores paisajistas.


Decenas de monarcas han hecho historia allí. Su construcción data de los siglos XV-XVI, cuando los reyes edificaron sobre las colinas que dominaban las riberas del Loira.


Los fuertes medievales están a dos horas de la ciudad de París entre senderos, viñedos y enclaves bañados por ese afluente, el cual atraviesa el país de oriente a poniente y en su tramo medio baña el célebre valle.



Erigidos en la época del renacimiento francés, que mezcla formas tradicionales con estructuras clásicas italianas, los de esa parte de Francia son de los chateaus más elegantes del mundo y de los atractivos principales del destino.


Por ellos pasaron personajes emblemáticos de la historia como Juana de Arco, Ricardo Corazón de León, Voltaire y Leonardo Da Vinci.


Del genio renacentista hay mucho que hablar allí, pues a poco más de 400 metros de distancia de su última residencia en el castillo de Clos Lucé, en Amboise, descansan sus restos.


Da Vinci fue nombrado en 1515 primer pintor, arquitecto e ingeniero del rey Francisco I, quien le invitó a establecerse en su mansión de El Loira para que pudiera dar rienda suelta a su creatividad.


El hecho de ser protegido del rey y tener su hogar en territorio francés, explica el por qué algunas de sus obras están hoy en el Louvre.


Clos Lucé se convirtió en un museo dedicado al artista. Allí está su dormitorio, su estudio de pintura, la cocina, la gran sala renacentista, la biblioteca y el sótano, donde se exponen algunos de sus inventos.


Su espíritu sigue vivo en los inmensos jardines de aquel lugar, donde se instalan maquetas móviles de sus visionarios inventos a tamaño real y lienzos gigantes que permiten al visitante entrar a la mente de este gran genio que entendía el arte, la ciencia y la naturaleza como un todo.


Mi paso por aquella tierra fue furtivo. Aunque hubiese querido, no podía seguirle los pasos a Da Vinci, pero eso me daba motivo para volver la vista a ese emplazamiento, cuyas construcciones son únicas, diferentes y seductoras.


Cuando te detienes a repararlas en perspectiva sientes que te hablan, te inspiran y te hacen volver con los mejores recuerdos de ese viaje.


Según la historia, fue justo en el Renacimiento la época en la que el valle del Loira se convirtió en el centro del mundo en cuanto a la creación, las artes y la ciencia. Fue una etapa donde la corte francesa estaba instalada en ese enclave.


Ese tramo es hoy un exquisito concentrado del propio país, de sus paisajes, frutos, sabores, vinos y de su historia. Un entorno natural que se ha convertido para muchos en una forma de vida.


Además de ser fuente de inspiración de poetas y escritores, la ruta del Loira ha visto nacer ciudades tan importantes como Nantes, Saumur y Angers.


De la unión del río y del entorno nacieron propuestas que permiten hoy conocer el patrimonio del sitio en bicicleta. Por eso es que ese fértil territorio sigue estando en la mira de muchos.


Su perspectiva te regala uno de los viajes más impresionantes, en tanto estas fortalezas, conservadas en perfecto estado, permiten acercarse a la época dorada de Francia y son las protagonistas de un recorrido que se adentra como en un valle encantado.


Es, sin ninguna duda, una de las zonas más hermosas de Francia.


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Sobre este blog

Mis pasos han tenido la suerte de andar muchos caminos. Algunos con curvas que me hicieron caer; otros filosos en los que superé pruebas dolorosas y muchos gratificantes, que me llevaron a cumplir el sueño de explorar el mundo. Leer más.

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