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En andas con mi farolillo y los aprendizajes del camino.

  • Foto del escritor: Sissi Arencibia
    Sissi Arencibia
  • 17 ago 2023
  • 4 Min. de lectura

Siempre hubo una montaña en mi destino. Al visualizar mi propósito me vi ascendiendo, en escalada, cuesta arriba. Intuía que tal vez estaba llamada a mirar desde lo alto, encontrar algún maestro y en una pretensión más abarcadora, destinada a enseñar algo.


Lo cierto es que la cima era ese punto donde yo podría entender que sea cual fuere mi don, mi regalo divino en esta tierra, debía ser compartido y puesto al servicio de otros. Era lo que me daría la mayor de las gratificaciones.


Por eso es que experimentar, explorar, embarcarme a lo desconocido y abrazar la sabiduría ancestral para luego transmitirla formaban parte de mis pasos por la vida. No importaba de dónde viniera el saber, de qué formas tan mágicas el destino lo pusiera a mi alcance.


Cuando tu propósito es alcanzar luz, el universo deja caer tus torres emocionales, todos tus anclajes, te hace vivir situaciones complejas, para que tengas que buscar respuestas existenciales a todo lo que te ocurre.


Y en ese proceso, el saber se revela para que tu completes un llamado, para que sanes, te eleves y hasta toques una sabiduría que pocas veces es tocada.


Conocer y llegar a desentrañar los misterios del mundo es para mí la base de la seguridad, es donde apoyo el pie, el soporte para hacer crecer cualquier cosa. Es, diría yo, la piedra angular, mi centro de operaciones.


Y cuando llegas a entenderlo sientes que no necesitas un canal mediador, que también con tus métodos, esos que tuviste a tu alcance, que te resonaron, aunque difieran del resto o de lo que los demás piensan, puedes llegar a conectar con la divinidad.


Porque, por extraño que parezca, ese rayo que a veces provoca la abrupta caída de una estructura, también mete corriente en tu energía, aleja la oscuridad, despierta los dones y aviva en tu interior una llama que es difícil de apagar.


Ese lado interno que despertó en mí, me forzó a buscar propósito y dio el alimento para hacer lo que hago ahora, tuvo su origen en una cimbrada, donde el piso y el techo se vinieron abajo y hasta la fe fue puesta a prueba.



Hay una transformación que estuvo destinada a completarse y muchas veces aquellos que te causan dolor tienen una parte esencial en esa misión de vida.


Hoy puedo mirar atrás y observar el proceso. Por eso siento que esa montaña siempre estuvo en mi destino, que me forzó a subir la cuesta para que entendiera que no había un mayor pilar para sostenerme que yo misma.


Con su escalada, me estaba invitando a encender la luz, la que llevo dentro, para recorrer el viaje de mi vida, consciente que en esa travesía no debía centrar mi atención en pilares externos, que un día pueden ya no estar más en tu vida.


Aunque el mundo entero se mueva, no habrá estructuras que se puedan caer ya para ti. Que la armonía, el equilibrio, el amor propio, dependen de uno, porque asentarte en tus propios pilares es lo que te hará sentirte bien contigo.


Y gracias a ese camino supe que no puedes entregar tu seguridad, ni tu felicidad a nadie más, porque cuando lo haces puedes provocar que lo mismo que te aportó esas sensaciones, también en un momento dado te las pueda arrebatar.


Aprendí a ver un orden divino en el caos y a entender que la vida te enfrenta a escenarios dolorosos para sanar. Es a través de las crisis que él te restaura, te sostiene, te fortalece y finalmente te afirma, para que esos fundamentos nadie los pueda alterar.


Hoy me siento libre de ser yo misma y avanzo. Dejé atrás las resistencias que me impedían hacerlo. También los moldes y esquemas que dilataban el deseo de aventurarme por el mundo y emprender todas las cosas locas que soñé.


Permito a mi fuerza interior agradecer cada experiencia y oportunidad del camino, abrirse a las bendiciones y conectar con una vida abundante a mi alrededor para hacer realidad los sueños.


Hoy intento ver desde la clarividencia, desde la intuición y trato de corregir la forma de vincularme.


Puedo ver las cosas desde una perspectiva más emocional, sin olvidar la lógica. No me centro en las heridas que otros me ocasionaron, sino en las respuestas que están en mi corazón. Y, por encima de todo eso, guío mis pasos de acuerdo con la voluntad de Dios.


Al permitirme soltar y dejar ir para emprender otro ciclo, me liberé y dejé un espacio nuevo para vivir. Abrí, creo yo, un portal de elevación. Dejé, por así decirlo, de intentar colocar las flores en la rama, cuando estas se han caído y comencé a reescribir el camino.


Cuando pienso en el mío creo ver un océano, con una profundidad que impresiona, pero en el que también hay un atractivo, un canto de sirena, un misterio que me hace diferente y que me lleva a saber cuál es el siguiente paso.


Con esa poderosa intuición y la fuerza que guía mis pasos, voy en andas con mi farolillo por ese trayecto, que llaman vida y de la cual extraigo todos los aprendizajes necesarios para avanzar.

3 Comments


estrehernandezfuentes
Aug 22, 2023

Qué bonita lección de sabiduría y fortaleza, una reflexion a tener en cuenta por muchos, saber encontrar el camino del bienestar con nuestro propio interior es la única forma vivir feliz y con el corazón en paz.

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Joaquin Uscanga
Joaquin Uscanga
Aug 18, 2023

Que hermoso paisajes la verdad te hacen lo bonito que debe ser estar ahi mi Sisi por compartir con nosotros esto gracias 🙏

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aidafuentes1942
aidafuentes1942
Aug 18, 2023

Qué importancia le doy a tus palabras porque de verdad creo que has encontrado el camino perfecto para escalar esa montaña que es la que te conduce a la felicidad plena.

Me gusta mucho leer tus vivencias.

Besitos 😘😘❤️

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Sobre este blog

Mis pasos han tenido la suerte de andar muchos caminos. Algunos con curvas que me hicieron caer; otros filosos en los que superé pruebas dolorosas y muchos gratificantes, que me llevaron a cumplir el sueño de explorar el mundo. Leer más.

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